Photofago

Retrámbulos

Se fueron tantos y se fueron tan rápido… Ya casi no nos acordamos y apenas han pasado algunas semanas. Decidí ponerme a recordar sus caras, a contar sus nombres, a anotarlos en mi cuadernillo, a tratar de recuperar alguna de sus memorias, a pegar sus pedazos, al menos, en mi imaginación. Me dieron muchas ganas de que esta pandemia no se llevara a estos seres. Quise pegarlos en mi edredón: un nombre, una palabrita, un retruécano, una queja, un adiós, un apellido, una familia. Se fueron tantos que ya no me acordaba, pero no quiero olvidarme. Esto no ha terminado de pasar. Cuando yo me vaya me gustaría que alguien tomara una palabra, un retruécano, una hipérbole y los cosiera en mi edredón para taparse del frío en las noches como hoy donde la memoria arrecia y el viento trae extraños recuerdos.
Héctor Gutiérrez

Más Sobre Photofago

Un fotófago es un bichito pequeñito que come luz, pero se nutre de la sombra. Viaja de rayo en rayo. Se esconde en las gavetas, hurga en las alcobas, se mete en los escotes, busca en los secretos. Es quien trata de entender lo que pasa con los cuentos cuando se cierra el libro; es quien está detrás de tus sueños y detrás de los míos.